Si todavía no teneís plan para estos Carnavales, aquí os damos algunas ideas, con los 10 destinos más populares para celebrar el Carnaval:
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Cádiz.
Los gaditanos se enorgullecen de tener el carnaval más popular de España y uno de los mejores del mundo, y a juzgar por la gran cantidad de ingleses y alemanes que se dejan ver por allí, hay muchos extranjeros que opinan lo mismo. Cientos de miles de personas toman las calles de Cádiz para una celebración en la que puede verse de todo y que se caracteriza por una explosión de los sentidos. Vale la pena seguir el concurso de coplas en el teatro Falla y prestar oído a las chirigotas.
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Tenerife.
El carnaval de Tenerife no es famoso solamente en España, su prestigio es internacional. Tiene aires épicos, es extenso, llamativo, colorido y tiene la particularidad de abordar un tema distinto cada año de forma original.
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Las Palmas de Gran Canaria.
Quizás menos famoso que el de su isla vecina, el histórico carnaval de Las Palmas tiene más de 400 años de historia y es uno de los más vistosos de España.
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Tarragona.
Emblemático de Cataluña, el carnaval de Tarragona posee –además de comparsas con indumentarias que no tienen mucho que envidiar a Río de Janeiro- una serie de rituales de todo tipo que lo hacen muy variado y divertido. Por ejemplo, el lanzamiento de teléfonos móviles, el concurso de “drag queens” y la estrella de la celebración: el enorme tonel que se instala en el Ayuntamiento y que explota en una fiesta descontrolada de fuegos artificiales.
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Murcia.
El carnaval de águilas de Murcia es famoso por sus desfiles y lo colorido de sus celebraciones nocturnas, que se llevan a cabo en carpas repletas de gente y en las que es muy extraño ver a alguien sin disfraz. Conviene no perderse la “suelta de la musona”, un personaje mitológico que recorre las calles y cuyo maquillaje siempre impresiona. Si os rompen un huevo en la cabeza, tomároslo con calma, que se trata del tradicional cascarón relleno de confetti.
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Ciudad Rodrigo (Salamanca).
El que busque tradiciones españolas bien arraigadas puede probar suerte con el carnaval de Ciudad Rodrigo, el único del mundo donde la fiesta de las máscaras se mezcla con la del toro. Los desfiles se combinan con capeos, encierros y corridas por las calles de la ciudad, declarada de interés histórico-artístico.
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Laza (Orense).
Si se quiere respirar un poco de tradiciones ancestrales no hay nada mejor que visitar la localidad gallega de Laza, cuyos carnavales están entre los diez más antiguos del mundo. Os peliqueiros son los personajes centrales de la celebración, escudados en pelucas y máscaras que pueden impresionar a los más pequeños. Los adultos pueden asustarse al saber que personifican a los viejos recaudadores de impuestos. El día de mayor efervescencia popular es el viernes.
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Lantz (Navarra).
Lo que hace especial al carnaval del pequeño pueblo de Lantz no es la alegría, las bebidas ni los trajes vistosos. Su particularidad es que se basa en una historia real transmitida de generación en generación. La población de Lantz recrea cada año la captura del bandido Miel Otxin, que en tiempos antiguos cometió varios robos hasta ser atrapado y quemado en la hoguera. Los personajes de la historia vuelven a las calles de Lantz cada año en clave de parodia, disfrutada por miles de visitantes de localidades vecinas
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Badajoz.
Hay quienes disfrutan el carnaval como simples espectadores y hay quienes deciden vivirlo en carne propia. Badajoz es un destino perfecto para estos últimos. Declarado de interés turístico nacional, incluye un concurso de murgas, desfile de comparsas, carrozas y una intensa actividad callejera en la que cuesta distinguir a los turistas de los locales.
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Alicante.
Aunque los hay más populares y esplendorosos, pocos carnavales son tan auténticos como el de Alicante. Autogestionado, sin el patrocinio comercial de grandes empresas y abierto a todo el que quiera participar, el carnaval en esta región española tiene un grado de cinismo y crítica social de la que no suelen salvarse las autoridades. No hay que perderse las sátiras de las peñas carnavaleras (el viernes) ni el entierro de la sardina, que culmina en su incineración.